relacionada con la posibilidad de que ocurra un
fenómeno físico, natural, socionatural o puramente
antropogénico: las hormigas tendrán un efecto
negativo en los humanos, bienes, servicios y su
entorno (Pacheco, 2009).
Con referencia a la vulnerabilidad, el IPCC (2007),
señala que la vulnerabilidad es el grado por el cual un
sistema es susceptible o incapaz de enfrentarse a
efectos adversos del cambio climático, incluidos la
variabilidad y los extremos del clima. Aunque la
mayoría de los analistas reconocen que la
vulnerabilidad depende de la amenaza, por ejemplo,
en términos de su frecuencia y gravedad, o que no es
útil discutir una vulnerabilidad independientemente
de su contexto de amenaza (Adger, 2006).
La vulnerabilidad de las poblaciones humanas
depende no sólo de factores externos, como la
disponibilidad de recursos, sino también de factores
sociales endógenos. Por lo tanto, la asignación de
estrategias adaptativas depende de diferentes
opciones que existan en forma de valores y objetivos
de la población (Sherwood, 2013).
Uno de los principales impactos relacionados con el
cambio climático es la creciente vulnerabilidad de la
población, la agricultura, las infraestructuras, etc.
contra los desastres naturales causados por el
aumento de las precipitaciones, el aumento del caudal
de ríos y arroyos, las inundaciones costeras y los
deslizamientos de tierra en los Andes, pendientes
pronunciadas o por repetidas sequías en distintas
zonas del territorio. Todos estos desafíos de
desarrollo impulsados por el clima aumentarán en los
próximos años; y los impactos más inmediatos se
sentirán en forma de fenómenos meteorológicos
extremos como sequías, olas de calor o inundaciones.
Aquellos que hoy son vulnerables a los impactos
climáticos lo serán aún más en el futuro, ya que lo que
hoy se considera extremo se convertirá en la norma
en el futuro (Wheeler, 2014).
Por otro lado, Yoch y Tol (2002) señalaron que se
pueden determinar ocho criterios específicos para
afectar la adaptabilidad de la comunidad contra el
desastre: tecnología barata, recursos naturales,
estructura de instituciones locales, capital humano,
capital social, procesos utilizados para la toma de
decisiones, conciencia de la comunidad sobre el
origen del problema y su seriedad y habilidades
comunitarias para distribuir riesgos.
La vulnerabilidad a las amenazas naturales se
entiende como un cierto grado de influencia y
fragilidad específica, afectada por grupos de
personas, que se resuelven en el acto para una serie
de eventos peligrosos, dependiendo de la recolección.
Factores socioeconómicos, institucionales,
psicológicos y culturales (Thomas, 2013). Reconocer
innumerables variables, determinar la sensibilidad y
la complejidad de la sociedad en su medición e
integración, se han hecho los esfuerzos para crear
indicadores, sin perder la especificidad del ojo.,
Permitiendo lo mejor, lo mejor, pero lo mejor es lo
mejor, lo mejor, el mejor, el comportamiento
complejo de las variables relacionadas; De esta
manera, el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD, 2002) ha propuesto la tasa de
sensibilidad social (Thomas, 2013). En México, se
realizó el estudio, descubrió que había un estado
interesante, porque, por un lado, el clima oficial
(ciencia y actividad) ignoró su experiencia durante
muchos años, y, por otro lado, relacionado con
entidades sobrenaturales (Macías, 2001; Avendaño,
2008; Avendaño, 2011; Macías y Avendaño, 2014).
Del mismo modo, en el estudio de Buenos Aires
(Argentina), la lluvia se realizó como la principal
fuente de Aguay, con el resultado del equilibrio
acuático en el suelo (escasez y residual asociado con
los fenómenos del cambio climático (CC) (Riera y
Pereira, 2013; Rivera y Wamsler, 2014). En este
contexto, los debates acerca del CC se orientan a
tratar las cuestiones de mitigación (Klein et al. 2007),
la adaptación (Smit y Pilifosova, 2001; Smit y
Wandel, 2006), el grado de sensibilidad o resistencia
de la sociedad a estos fenómenos, dependiendo del
tema de interés y del fundamento teórico que sustenta
los problemas y sus soluciones.
Gestión del Riesgo de Desastres
Según la Ley N° 29664, la gestión del riesgo de
desastres “es el objetivo último de la prevención,
mitigación y control sostenible de los factores de
riesgo de desastres en la sociedad, así como la
preparación y respuesta adecuada ante situaciones de
desastres teniendo en cuenta las políticas nacionales”.
ser un proceso social que se pondrá especial énfasis
en cuestiones relacionadas con la economía, el medio
ambiente, la seguridad, la defensa nacional y la
defensa territorial, de forma sostenible. “La gestión
del riesgo de desastres se basa en investigaciones
científicas y registros de información y orienta